Olvido
Esa noche que me cerraste la puerta de tu casa y de tu vida
salí agitado a esa avenida lloviosa de oscuros agujeros
renegando de la mala suerte de encontrarme sin carro y sin ti
y resbalé por uno de esos antros oceánicos de agua solidaria
maldiciendo el pliegue frutal de tus labios, buscando un lugar
donde extraviar el final de nuestra historia, donde sepultarla,
como uno de esos poetas malditos del siglo XIX, y tomé,
tomé como nunca para olvidarte. Y te olvidé.
Poesía de Piero Ramos Rasmussen